martes, 12 de julio de 2016

ATRACCIÓN MÍSTICA

3 de Diciembre de 2012


Un cruce de miradas es suficiente para que los muros de mi fortaleza se tambaleen.

Unas palabras procedentes de sus labios bastan para que un atisbo de arrepentimiento asome a mi conciencia, hasta ese momento firme.

Unas caricias de las manos que tanto he sostenido en momentos de felicidad y en los de dificultad.

Una ausencia que nunca se acaba.

Una pasión que construyó una amistad que floreció y pereció cuando quiso ser algo más.

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