lunes, 11 de julio de 2016

FLUJO IMPLACABLE

8 de Marzo de 2011



La vida pasa, y los meses, los días e incluso los segundos cuentan. Los actos que se hagan o dejen de hacer son nuestra huella, nuestra identidad y la seguridad de dejar un gran recuerdo, que de nosotros depende que sea bueno o malo. Casualidades, eso es lo que una persona normal piensa cuando ocurren determinadas hechos surgidos del puro azar. Un capricho del egoísta destino es lo que hace que una vida sea arrebatada, que abandone el páramo de nuestra existencia, tan infravalorada como única. Algunos tienen la oportunidad de despedirse, otros no y se van así, sin más. Solo cuando el recuerdo del ausente se difumina, esa persona verdaderamente ha fenecido. 

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