SACRIFICIO

22 de Noviembre de 2010

Terminas de calzarte las zapatillas, te colocas los guantes y respiras hondo. Estás listo para salir a darlo todo, a demostrar que tanto entrenamiento y tanta lucha diaria contra ti mismo te han servido para llevarte a lo más alto.

El principio fue duro, tardes enteras empleadas corriendo sin parar, dejando que el sudor corriera por tu frente, con la música a todo volumen. En más de una ocasión caíste, a veces lloraste de angustia, pero luego te levantaste y seguiste caminando con la cabeza bien alta, hacia un futuro algo incierto, pero seguro. Recibiste muchos golpes que de primeras te angustiaron y te indujeron al abandono, pero a la larga han endurecido el espíritu y el alma, le han dotado de una resistencia que tiempo atrás carecían.

Has obtenido tanto, has sacrificado tanto, que ya has olvidado lo que es la desilusión. Quizá ese fue el objetivo desde el principio, el poder demostrar el fruto del sudor, las lágrimas y la voluntad que te han hecho llegar hasta aquí. Muchas cosas se han quedado atrás por el camino, pero este sacrificio ha sido la base del éxito.

Con todo esto hecho, saltar y demostrar todo lo aprendido no es más que el último escalón.

El valor es la reacción más agresiva al miedo.