10 de Septiembre de 2010
Se
puede pensar que todo se hace con un objetivo, y aunque el fin nunca
justifique los medios, en ocasiones los medios ayudan a alcanzar el
fin, ¿pero a qué precio? La perversión llega cuando las
intenciones que motivan el uso de los medios son malinterpretadas y
se echan por tierra. Las buenas ideas no siempre son comprendidas.
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