20 de Agosto de 2011
Quisiera
odiarte, odiarte por ser una espina que continúa en mi corazón
clavada.
Es
una herida que tardará en curar. Los puntos de sutura me sanan, pero
en noches de pensamiento libre se rompen y vuelvo a sangrar. Esa
espina son tus miradas, tus sonrisas, el olor de tu pelo, tu
recuerdo.
Ardo
en deseos de que esa espinita que tanto necesito vuelva a estar
clavada en mí. No quiero sufrir, pero mi egoísmo me empuja a ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario